HISTORIA DE UN HIJUEPUTA Este relato es para todos aquellos que ocasionalmente han tenido un mal día y han necesitado desquitarse con alguien. Estaba sentado en mi escritorio cuando efectué una llamada telefónica y me contestó un tipo de mal genio. ¡Aló!, le dije: "Buenas, ¿podría hablar con Luís González?" -"No aquí no vive ese guevón". Y me colgó el teléfono de la manera más grosera. Resulta ser que había marcado un número incorrecto, por lo que procedí a llamar al teléfono indicado. Después de colgar, observe el número de teléfono errado en mi escritorio; decidí llamar a ese número y contestó la misma persona que me colgó. Le dije: - "Ud. es un hijueputa". Y colgué. Inmediatamente anoté ese número en mi agenda y le puse al lado la palabra HIJUEPUTA. Cada semana, cuando tenía alguna piedra llamaba al tipo y cuando contestaba le decía: "Ud. es un hijueputa". Esto me hacia sentir mucho mejor; pero al tiempo me enteré del servicio de la ETB...